Las vidas urbanas

Las vidas urbanas en la Antigüedad tardía

Los elementos de la vida urbana de la primera época imperial están fuera de toda duda: el prospecto urbano está delimitado por las murallas, se caracteriza por una red ortogonal de calles, varias plazas —de las cuales una está en la intersección del cardo y el decumanus maximus—, uno o varios acueductos, templos y termas, y por recintos para los espectáculos (teatro, anfiteatro y circo). En las plazas solía haber muchas estatuas en honor del emperador, pero también de decuriones, caballeros y senadores que habían ocupado cargos municipales y provinciales o habían prestado servicios a la ciudad mediante actos benévolos. Por lo general, en el transcurso de la construcción de una ciudad se formaba un paisaje urbano que no iba a cambiar fundamentalmente en los dos o tres siglos siguientes.

© Haidra (C. Touirhi, INP Tunis)
© Haidra (C. Touirhi, INP)

¿Qué significaba ser ciudadano de estas ciudades?

Aunque la investigación ya no equipara a un empeoramiento o incluso a la proverbial decadencia urbana las obras de reparación, el abandono de edificios, los desalojos, etc., y por tanto los traslados que se produjeron en el espacio urbano, todavía no se ha intentado elaborar un inventario de los elementos constitutivos de las ciudades tardoantiguas en estas regiones del Imperium Romanum. En este contexto, no solo es importante su existencia, sino sobre todo la cuestión de su cronología. En otras palabras, no solo importa señalar los elementos que definían la ciudad en la Antigüedad tardía y el significado que se daba a su estatus legal, sino también responder a estas cuestiones: ¿qué significaba ser ciudadano de una ciudad de la Antigüedad tardía? Por ejemplo, ¿cuánto tiempo estuvo en uso el Circo de Tarraco? ¿Se usó siempre todo el edificio imperial, o se dieron usos parciales?

© S. Justo de la Vega (Ángel M. Felicísimo)
© S. Justo de la Vega (Ángel M. Felicísimo)

¿Cómo aparecieron los nuevos edificios?

Además, la aparición de nuevos edificios es esencial desde el punto de vista topográfico: ¿dónde surgen las primeras iglesias, el palacio episcopal, tal vez un monasterio dentro o fuera del espacio urbano? Los monumentos epigráficos que permiten reconstruir la estructura social de las ciudades hasta el siglo IV ya no están dedicados. También la cultura funeraria adopta otras formas en el curso de la cristianización. Por lo tanto, es necesario recurrir a otros testimonios para elaborar una prosopografía de al menos algunas agrupaciones sociales: por ejemplo, a las actas de los concilios y a las vidas de los obispos. El estudio del material onomástico y de los lugares de origen promete arrojar luz sobre la continuidad social entre las grandes familias senatoriales de la época imperial y de la Antigüedad tardía y, por tanto, sobre la homogeneidad social del episcopado.

© Mérida (P. Mateos Cruz, CSIC)
© Mérida (P. Mateos Cruz, CSIC)

Responsables: S. Panzram, L. Brassous // Participantes: T. Belkahia, I. Mossong, M. Trunk, M. Uberti