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Trabajar en un proyecto plurilingüe

Como habréis notado, nuestro blog se publica en tres lenguas: castellano, francés e inglés. ¿El motivo? La naturaleza políglota de ATLAS. Pero tal vez os preguntáis por qué hemos optado por hacer de nuestro proyecto un espacio plurilingüe en vez de limitarnos a usar la lengua “internacional” (es decir, el inglés). Lo cierto es que hay varias razones por las cuales trabajamos en varios idiomas. La más obvia es el origen y financiación del proyecto, que procede de la Agence Nationale de la Recherche (ANR) de Francia y de la Deutsche Forschungsgemeinschaft (DFG) de Alemania. Así sumamos ya dos idiomas con una larga historia en nuestro ámbito de investigación. De hecho, el alemán ha sido siempre una lengua importante y habitual en las Altertumswissenschaften (ciencias de la Antigüedad) desde los inicios de este campo de estudio. No en vano los investigadores a menudo bromean sobre el hecho de que para cualquier temática se puede encontrar una publicación de un autor alemán del siglo XIX. Pero, bromas a parte, no hay duda de que como lengua académica, el alemán mantiene un lugar destacado en la investigación sobre la Antigüedad. No obstante, para cuestiones de difusión usamos el castellano. Esto tiene su razón de ser en una parte igualmente fundamental del proyecto, nuestro interés por dar a conocer y divulgar los resultados del mismo.

Facilitar la divulgación

La imagen de la academia encerrada en su torre de marfil es a menudo una dura realidad y no siempre resulta fácil cambiarla. Podemos sumergirnos tanto en nuestros ámbitos de estudio que acabamos perdiendo de vista qué resulta verdaderamente interesante para el público en general y por qué nos dedicamos a esto más allá de “por amor al arte”. Pero como buena parte de los proyectos están financiados, como el nuestro, con fondos públicos, la difusión y la divulgación del conocimiento son esenciales. Es más, estamos convencidos de que parte de nuestro trabajo también es retornar y ofrecer el conocimiento generado a la sociedad. Y aquí es donde entra el juego el castellano. Como nuestra investigación se centra en el sur de España y en el norte de Túnez, hemos optado por escribir los posts de nuestro blog en castellano y francés, los dos idiomas más ampliamente usados en el mundo académico de nuestro proyecto. Lo ideal habría sido añadir también el árabe en nuestra página web, de modo que pudiéramos llegar a un público más amplio en Túnez y el conjunto de países arabófonos. Sin embargo, nadie en el núcleo del equipo de ATLAS tiene el suficiente conocimiento de esta lengua, lo cual significa que no podemos realizar las traducciones por nosotros mismos. En cambio, hemos optado por usar el inglés como idioma “internacional” y así esperamos llegar a un mayor número de personas, incluso fuera del foco de nuestra investigación, y generar un mayor interés en la historia de la Península Ibérica y el Magreb. En futuros proyectos quizá tengamos que plantearnos destinar parte de la financiación de la divulgación a la traducción de nuestros textos al árabe para poder llegar a más gente.

Multilingüismo en el WebSIG

Otro elemento de difusión de nuestro proyecto es el WebSIG, al que le dedicamos el post del mes pasado para explicar cómo funciona. Y, de nuevo, nos encontramos con otro aspecto multilingüe del proyecto, aunque en este caso con una mezcla algo más evidente. El WebSIG en sí mismo está escrito en francés, los vestigios arqueológicos en castellano y los epigráficos en inglés…

Ejemplos de una ficha arqueológica y epigráfica, donde se usan distintas lenguas.

Durante nuestro primer encuentro en La Rochelle al inicio del proyecto, estuvimos debatiendo la posibilidad de crear una base de datos trilingüe, pero pronto nos dimos cuenta que esto significaba tener tres bases de datos paralelas y que cada ítem debería entonces escribirse tres veces, una por cada idioma. Así que como nuestro objetivo era completar la base de datos antes de marzo de 2024, esta posibilidad dejó de ser una opción. De modo que decidimos que lo mejor sería usar el francés, castellano e inglés como las lenguas académicas del proyecto y también de la base de datos. Por este motivo, como habréis observado ya, gran parte de las fichas de carácter arqueológico están redactadas en castellano, ya que están escritas por Ada; mientras que las fichas de carácter epigráfico están realizadas por Pieter en inglés. Ambos escogieron estas lenguas al ser los idiomas en los que se sienten más cómodos. Aunque os pedimos comprensión si os encontráis con algún pequeño error lingüístico, ¡son los gajes de este oficio plurilingüe!

Encuentros políglotas

Puede que esto de mezclar tres idiomas os parezca un poco engorroso y que, de nuevo, os preguntéis por qué no usamos simplemente el inglés. De hecho, probablemente os habréis dado cuenta ya de que tampoco utilizamos esta lengua en los programas de nuestros encuentros anuales. Pero es que lo cierto es que no resulta necesario, porque la gran mayoría de los miembros de ATLAS tienen un muy buen nivel de castellano o francés, lo cual nos permite intercambiar ideas sin ningún tipo de problema.

Instantánea de uno de nuestros debates plurilingües durante el primer encuentro ATLAS en la Casa de Velázquez.

Así que a menudo nuestros debates tienen lugar en dos lenguas a la vez, o bien uno de los interlocutores decide expresarse en el idioma del otro. Naturalmente, esto significa que todos debemos hacer un esfuerzo por comunicarnos y por escuchar pacientemente a los demás, especialmente aquellos que se animan a utilizar una lengua que no es la suya. Pero incluso aquellos que todavía no se sienten con confianza para expresarse en estos idiomas, a menudo tienen un amplio conocimiento de otras lenguas próximas al francés o al castellano, lo cual les permite comprender lo que se dice sin dificultades. Desde luego, esta es una muy buena manera de ampliar nuestro conocimiento lingüístico a la vez que promueve un ambiente de intercambio científico amable y tolerante con todos los colegas, que siempre se muestran dispuestos a facilitar los debates en el idioma que sea. Pero, además, al usar estos idiomas también facilitamos la comprensión a aquellos oyentes de Túnez o España que deciden asistir a nuestros encuentros.

Pieter, Marc y Sabine son algunos de los miembros que combinan hasta tres lenguas durante sus conversaciones.

Esto es en lo que se refiere a los encuentros científicos, pero lo que sucede en los intercambios de carácter más informal es todavía más interesante. En estos casos hablamos todavía más lenguas y, sí, el inglés es una de ellas. Como decíamos, en ocasiones nos encontramos con una comprensión pasiva gracias al conocimiento de otras lenguas, lo cual  da pie a curiosos y divertidos triángulos lingüísticos. Tres de nuestros miembros, por ejemplo, suelen alternar el francés, el alemán e ¡incluso el neerlandés!

Pero ¿funciona?

Estamos convencidos de que este sistema multilingüe de comunicación funciona perfectamente bien. Hasta ahora todos nuestros encuentros han dado pie a debates productivos entre los distintos colegas. Y cuando nos encontramos con límites en nuestros conocimientos lingüísticos siempre podemos utilizar una lengua intermedia. Además, a la hora de escribir podemos recurrir a los diccionarios de toda la vida o utilizar los equivalentes digitales para facilitar nuestra comunicación plurilingüe.

Los diccionarios son una herramienta fundamental en nuestro proyecto.

El nuestro es, además, un proyecto de ciencias humanas, por lo que el fomento de la riqueza lingüística es un valor que llevamos como bandera. Pero, en cualquier caso, podéis juzgarlo por vosotros mismos, asistiendo a nuestros encuentros científicos o bien a través de nuestra próxima publicación bilingüe (FR-ES), el Companion sobre urbanismo en la Antigüedad tardía.