Cartago, la Roma de África

CartagO, la RomA dE ÁFRICA

Desde la creación de la diócesis de África en el año 314, Cartago continuó siendo no solo la capital de la provincia Africa proconsularis, sino también la sede del vicario de África. Según Salviano de Marsella, en el siglo V Cartago ostentaba, en el norte de África, una posición equivalente a la de Roma. La ciudad había conseguido mantener su posición desde el siglo I. cuando el primer boom constructivo reforzó el llamado “gigantismo cartaginés”: ¡se dice que el foro de la colina de Byrsa habría superado en un punto y medio la extensión de los foros de César y Augusto de Roma juntos! Cartago ocupaba una superficie de más de 300 ha, con más de 80 asentamientos urbanos y aldeas circundantes, que dependían de ella a nivel fiscal. Fue precisamente el auge económico de este hinterland lo que permitió la integración del “clan de los africanos” en las redes comerciales del Imperio romano y, a partir del 533, de las del Imperio Bizantino. La imagen de la ciudad con sus templos, las impresionantes termas de Antonino Pío, el teatro y el odeón al noreste, el anfiteatro y el circo al suroeste, cambió paulatinamente con la construcción, en el siglo IV, de las primeras basílicas al norte (Megara), conocidas por sus topónimos modernos como Mcidfa, santa Mónica y Damous el Karita. Aunque los tiempos de Tertuliano, san Cipriano y san Agustín quedaron atrás, Cartago continuó siendo considerada como la capital del cristianismo en África gracias a este conjunto de iglesias únicas, así como por sus mártires locales, sus influyentes obispos y sus teólogos. De hecho, Cartago parece haber llegado a contar con 24 iglesias, construidas entre los siglos IV y VI. Y, si bien fue dotada de una muralla a inicios del siglo V, no consiguió proteger la ciudad ni de los vándalos, que la conquistaron en el 439, ni de los bizantinos. Tras la definitiva conquista omeya en el 698, la ciudad perdió su preponderancia estratégica y sus funciones políticas y administrativas se acabaron trasladando a Túnez y Kairouan.

Modelizar Cartago supuso un reto similar al de la capital hispana, Mérida. Cubierta por una aglomeración moderna, la antigua ciudad, a pesar de tener tres veces el tamaño de Mérida, es poco conocida. Los edificios excavados se han situado en la trama urbana tradicionalmente aceptada por la comunidad investigadora. De este modo, se han utilizado los principales monumentos, los límites de la ciudad y el trazado de las principales vías de circulación y acceso para esbozar una imagen del paisaje urbano, cuyos detalles siguen siendo difíciles de precisar. Se han adoptado los mismos principios metodológicos que para la representación de Mérida (selección científica de los edificios representados, modelización simplificada de los volúmenes, transparencia, etc.). La modelización de la ciudad de Cartago en el siglo V sigue siendo un esbozo que se irá perfeccionando a medida que se realicen nuevos descubrimientos. Algunos edificios, como las murallas y el foro, sólo se conocen de forma imperfecta. La representación de las periferias extramuros planteó otra dificultad. Aparte de las conocidas basílicas cristianas, esta zona debió de albergar otras actividades y necrópolis importantes. Sólo se han representado esquemáticamente las necrópolis conocidas.

Miles, Richard, Greenslade, Simon (éd.) (2020), The Bir Messaouda Basilica. Pilgrimage and the Transformation of an Urban Landscape in Sixth Century AD Carthage, Oxford/Philadelphia, Oxbow Books.

Panzram, Sabine (2016), « Ille ecclesiae fundamentum et hic sapiens architectus – Die Erschaffung des Papsttums », Historia, 65, pp. 73–107.

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Bockmann, Ralf (2013), Capital continuous. A Study of Vandal Carthage and Central North Africa from an Archaeological Perspective, Wiesbaden, Reichert, coll. « Spätantike – Frühes Christentum – Byzanz. Kunst im ersten Jahrtausend. Reihe B: Studien und Perspektiven » (37).

Ennabli, Liliane (1997), Carthage, une métropole chrétienne du ive à la fin du viie siècle, Paris, CNRS.

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Ciudades de la Antigüedad tardía en el sur de la Península Ibérica y el norte de África (300-800)

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